2.2.1 Redacción de ensayos
Dada la importancia de la redacción de los ensayos en el proceso de formación, a continuación presento una guía para escribir este tipo de ensayos. Su finalidad es construir un argumento para contestar una pregunta de discusión de un curso como el que aquí se presenta.
El ensayo
En general, un ensayo se define como una pieza escrita de manera continua de extensión mínima de 500 palabras. Si es que es de 5000, será uno que tenga requerimientos especiales y se tratará de uno “extendido”. Los ensayos de un curso como el que se presenta son típicamente de 2000 palabras (más menos 200 palabras). Esa longitud permite construir un argumento y, al mismo tiempo, evita recargar el ensayo con información excedente para los propósitos del curso. Así, en esta sección se tratan los varios estadios que necesitas considerar cuando vas a escribir uno y cómo el redactarlo te ayuda en tu proceso de aprender. Pero, ¿para qué escribir ensayos?
Cuando entendemos por qué hacemos algo, resulta más sencillo sentirnos seguros y confiados para desarrollarlo. Entonces, ¿cuál es el valor de escribir ensayos? Primero, te fuerza a organizar tu propio pensamiento y a desarrollar tu propio punto de vista respecto a un tema. En cierto modo, escribir es siempre un paso crucial que te confronta con nuevas ideas y nuevas experiencias. Sin este paso, es prácticamente imposible saber qué tanto de hecho has entendido de todo lo que has leído. Segundo, es un medio para expresarte tú mismo, con tus propias ideas. Hacerlo de manera escrita es una habilidad para la vida, que vas a necesitar en todas las áreas en un trabajo, y en tu vida cotidiana. Escribir ensayos te ayuda a desarrollar esa habilidad. Si es un ensayo-respuesta para un examen o una sesión de discusión de clase, te da la práctica para escribir bajo ciertos términos y con ciertas condiciones. Además, un ensayo es un fuente muy útil de revisión. Finalmente, la construcción de un argumento en forma escrita te obliga a haber entendido, a haber aprendido y hecho tuya la información consultada para ese propósito. Y su defensa oral lo refuerza todavía más.
Acerca de la pregunta de discusión
Es fundamental entender la pregunta. Necesitas revisar las palabras exactas de la pregunta para así poder decidir con precisión qué es lo que te pidieron hacer. También tendrás que considerar lo que se asume detrás de la pregunta y las implicaciones que se desprenden de aquello que se te pidió. ¿El desarrollo requiere que lo aborde de manera general o tengo que avocarme a algo en particular? ¿será que vale la pena que plasmes tus propias experiencias y tus opiniones, o más bien tendrás que echar mando del conocimiento de otros? Recuerda que debes fundamentar tu argumentación. Para ello, es útil subrayar qué palabras consideras que son clave en la manera en la que la pregunta se dispuso. Observa las palabras o frases “vitales” que determinarán el estilo y la estructura de la respuesta que darás. Con frecuencia se escriben una serie de palabras clave que se manifiestan en el título. Éstas te ayudarán para entender qué es lo que se te pregunta.
Algunos términos usados frecuentemente en las preguntas de ensayo son los siguientes. Es importante describirlos con precisión para enfocar la respuesta a tu pregunta.
a) Compara. Busca similitudes y diferencias; concluye con base en esta comparación.
b) Contrasta. Confronta para poder sacar las diferencias.
c) Critica. Da tu punto de vista en torno a las opiniones o las teorías acerca de las cuestiones a tratar. Respalda tus opiniones con una discusión que contenga evidencias o bien, con razonamiento
e) Define. Dispón un significado preciso de la palabra o frase. En algunos casos será necesario o deseable examinar definiciones alternativas que suelen usarse de esa palabra o frase.
f) Describe. Da cuenta de hechos o datos en una gráfica detallada.
g) Evalúa. Pon en una balanza qué vale realmente la pena y qué no para que lo uses en tu ensayo. De tu opinión personal trata de echar la menor mano posible.
h) Explica. Haz un plano. Interpreta; da razones para.
g) Ilustra. Usa una figura o diagrama para explicar con claridad, o clarifica con ejemplos concretos.
h) Justifica. Muestra bases adecuadas para tus decisiones o conclusiones. Da respuesta a las principales objeciones que se le puedan hacer a tus planteamientos.
i) Delimita. Da los lineamientos principales de la materia. Omite detalles menores y enfatiza la estructura y arreglos.
j) Relaciona. Muestra cómo se relacionan los eventos, hasta qué punto son similares o afectan uno al otro.
k) Revisa. Haz una revisión crítica del tema, sé minucioso.
l) Estipula. Presenta de manera clara y breve.
m) Rastrea. Sigue el desarrollo de la historia del tema partiendo desde algún origen.
Hay dos puntos más que notar: tendrás que ver en cuántas partes se divide la pregunta y cuánto vas a dedicarle a cada una. Asimismo, debes ver los límites del tema. En esta etapa es muy importante que seas consciente de que no te estás embarcando en una investigación de vida. Debes ser rigurosamente selectivo tanto en el cómo abordas el material que ya seleccionaste y en el cómo estructuras, seleccionando sólo el material que es relevante para dar la respuesta que se te pide.
Recuerda: si aún te sientes inseguro, tienes otras fuentes que pueden ayudarte además de tus lecturas. Puedes usar cualquier fuente disponible, incluso el hablar con expertos. Si tienes dudas, acércate a tu profesor. Después de todo el él o ella es quien estableció la pregunta y no querrá verte perder tiempo valioso en malos entendidos. Ya que te sientas más confiado de que entendiste a cabalidad lo que se te pide hacer, puedes ya pasar al tercer estadio: recolectar el material.
Recolección del material
Es importante recolectar el material que es relevante como fuente de información para el ensayo. Para ello, se parte de las lecturas adicionales sugeridas por el profesor, donde se tiene una estupenda fuente de información que es relevante. Quizás no todas las lecturas, ni tampoco todo su contenido, pero ahí debe haber información importante para redactar el ensayo. Puedes incluso ir más allá y revisar la bibliografía de los libros de la lista y ver si puedes de ahí recurrir a otras fuentes útiles para ti. Asimismo, usa enciclopedias, papers, journals o material gubernamental. Tus propias notas de tus clases o de conferencias, de discusiones con amigos, o artículos del periódico y revistas pueden también darte material valioso. También debes tomar notas conforme surgen ideas concretas de cómo atacar la pregunta.
En este sentido, es importante que, cuando se lee a otros autores, se haga siempre con una finalidad y de manera sistemática; para hacerlo, debes hacerte una serie de preguntas antes de comenzar a leer. Enfócate de nuevo en la el tema del ensayo y escribe algunas preguntas que vayas a tener que responder a lo largo de tu escrito. Mientras avances en tu lectura, surgirán preguntas más específicas—y también puedes buscarles respuesta. Hay un límite sobre qué tanta investigación debes hacer para cada ensayo, así que asegúrate de encontrar respuestas para la pregunta principal.
También es importante empezar con tiempo. Con cierta antelación, haz ejercicios reflexivos y hazte preguntas inmediatamente después de haber escuchado el contenido de la pregunta—o lo antes posible. Esto te ayudará a evitar el pánico de dejar todo a última hora, además de darte el tiempo de revisar tu borrador. Hay otras razones por las que conviene empezar a trabajar cuanto antes. Puedes perderte de ideas útiles que sólo te das cuando lees, cuando tienes una discusión o cuando escuchas la radio, incluso. No te das cuenta de cuánto se utiliza una cierta palabra que quizá no conocías, por ejemplo, hasta que le prestas atención. Nos percatamos de nuevas ideas sólo cuando tenemos el esquema en la cabeza que nos permite ver su significancia. Si de verdad piensas sesudamente en la pregunta del ensayo, es muy probable que tu subconsciente trabaje en ello y encuentres así nuevas relaciones que antes no habías notado.
Usa cualquier fuente que tengas disponible. Es muy útil tener una libreta siempre a la mano para anotar tus ideas, citas, o ejemplos. Si necesitas también puedes profundizar en ellos después. Si no los anotas, es muy probable que los olvides; o peor: tu mente va a estar tan enfrascada tratando de recordarlos, que perderás tiempo para un proceso más creativo. Tendrás que tener presente de dónde sacas toda tu información. Escribe siempre el título y el autor de todas tus fuentes, o bien quién era quien hablaba. Recuerda que siempre debes dar crédito y mencionar tus fuentes, mismas que habrás de enlistar al final de tu ensayo.
Su usas citas directas o textuales, debes poner una nota al pie en donde precises la referencia a la fuente de donde sacaste tu cita. Usar el trabajo de otra gente puede siempre traer problemas, incluso aunque lo hagas correctamente; sin embargo, ayuda mucho tomar notas con tus propias palabras porque así te aseguras de comprender bien el tema. No obstante, recuerda que plagiar es usar las palabras de otros autores sin darles crédito, lo cual debes evitar a como dé lugar siempre que escribas algo. No sólo resulta inaceptable y significa que es un robo literario, sino que sacará de balance a tu ensayo. No abuses de las citas. Sólo usa aquéllas que sólo al usar las palabras exactas pueden ser efectivas para tu propósito, y que con una paráfrasis no serían tan efectivas.
Una vez que tengas todo tu material, estás listo para empezar a planear la estructura de tu ensayo.
Planeación del ensayo
Pensar y diseñar un esquema para tu ensayo te da una estructura básica para trabajar. Te ayuda a sacar las ideas principales y los detalles importantes que necesitarás para explicar, ilustrar o desarrollar estas ideas. También reduces el riesgo de dejar algo que sea muy relevante para tus argumentos. Escribir el esquema o outline de tu ensayo es la parte más creativa y una de las más importantes en la redacción de un ensayo. En la medida que el ensayo está completo, te aseguras que el argumento está completo, o si le falta algo. Es el momento preciso para asegurarte que no le falta nada, ni tampoco le sobra nada. Si al leer tu esquema te das cuenta que una parte no es necesaria para construir tu argumento, simplemente deséchala, elimínala. De la misma forma, si al leer tu esquema te percatas que una idea no sigue de la anterior y que falta algún eslabón en tu argumentación, entonces debes completarlo.
Quizá con esto veas que escribir tu ensayo es más sencillo de lo que pensaste. Para tu lector también será más fácil seguirte porque escribirás de manera más fluida. Recuerda que en un examen, si estás corto de tiempo, un esquema claro te contará más que un ensayo a medio terminar. Por supuesto, nunca seas tan rígido como para no mover nada de tu esquema. Quizá nuevas ideas o relaciones se te ocurran al momento y tengas que reorganizar tu esquema para incluirlas. Pero cuida que realmente se trate de material útil y no relleno innecesario. Seleccionar los puntos principales y dejar suficiente espacio para desarrollar e ilustrarlos se ve siempre como la parte más difícil de un ensayo. Casi siempre es doloroso tener que descartar material que te ha tomado cierto tiempo adecuar, pero nunca es buena idea incluir todo sólo porque ya está ahí. Piensa bien en la relevancia de tus puntos más fuertes, y aquí es donde un esquema bien hecho te ayudará. También organiza bien el cómo y dónde tomaste tus notas y así ahorrarás tiempo.
Estructura del ensayo
Un ensayo debe tener tres partes:
Introducción
Cuerpo del ensayo
Conclusión
La introducción debe contener por lo menos algún comentario sobre el tema del ensayo, quizá se necesiten definiciones o alguna explicación de qué es lo que entiendes con ese título. Esta sección también debe aclarar con qué aspectos del tema vas a lidiar y por qué. Recuerda que no se trata de un libro, así que selecciona tres o cuatro argumentos que sostengan tu respuesta en este tema particular. Así pues, tu introducción ha de dirigir al lector hacia lo que sigue. Anticipa, a manera de idea, la respuesta directa a la pregunta. Esa determinación atrae de inmediato el interés del lector y le da una clara idea de lo que sigue.
El cuerpo del ensayo tomará cada uno de esos puntos principales para su desarrollo. Ahí se encuentra la construcción completa del argumento que responde la pregunta. Se sigue la argumentación contenida en tu esquema, párrafo por párrafo, para asegurarte que no dejas nada fuera, ni que tampoco te sobra algo. Cada párrafo debe seguir al anterior, como quien construye un muro de ladrillos y no puedes dejar huecos. Hacerlo debilita al argumento. Dejar dos ladrillos en el lugar de uno, debilita la argumentación y la hace tediosa y repetitiva.
La conclusión debe resumir tus ideas principales y dar una respuesta firme o por lo menos tentativa a la pregunta. O introduzcas nueva evidencia en las conclusiones. De hecho, las conclusiones deben derivarse directamente del cuerpo del ensayo. Tampoco se puede terminar diciendo algo como “debido a todo lo anterior, la respuesta a la pregunta es tal”. Se debe construir la conclusión en el cuerpo del ensayo.
En cuanto a la extensión de cada parte, es variable pero la siguiente guía puede ser útil.
Introducción 7-8% del total de extensión
Cuerpo del ensayo 80-85%
Conclusión 13-15% del total de extensión
Por supuesto puedes experimentar con las maneras de planear tus ensayos para ver qué método es el que mejor te sienta. Hay notas electrónicas, métodos gráficos, dibujos o notas sueltas. Trata cualquiera de ellos y escoge el que mejor te sirva.
La redacción
Por fin hemos llegado al punto en donde muchos creen que es donde empieza propiamente el ensayo. Una vez que cuentas con tu esquema bien definido y probado, si te es posible, escribe primero un borrador en donde no te presione la cantidad de palabras. Sigue tu plan y escribe todas tus ideas. Idealmente, deberías de dejar que este primer borrador descanse para que puedas volver a él unos días después con mayor objetividad. Es muy fácil dejarse llevar por el hecho de haber escrito algo en donde no haya dejo de autocrítica.
Muchos estudiantes se preocupan por su estilo, pero recuerda que tus palabras expresan tus pensamientos. Si tienes un plan claro y una idea enfocada de tu material, entonces no tendrás problema en escribir con claridad y coherencia. Se recomienda usar un lenguaje sencillo y claro; aunque de hecho hay de suyo una diferencia entre el lenguaje hablado y el escrito. Lo anterior no significa que debas usar un lenguaje obscuro y complejo… que también debes evitar lenguaje coloquial o abreviaciones que usamos al hablar. Procura apegarte a las oraciones simples, aunque claro, en el afán de querer hacerlo lo mejor posible, habrás de usar de pronto oraciones más largas. El principal objetivo es ser claro y conciso para que tu lector pueda seguir con facilidad tu argumentación y no se distraiga (o se moleste) con datos irrelevantes. Recuerda que no estarás al lado de tu lector para explicarle cualquier duda que le surja. Por ello, debes ser claro al máximo.
En cuanto a los párrafos específicos, que se derivan del esquema, debes asegurarte que las ideas de tu ensayo sumen para una postura general. También debes estar cierto de que cada párrafo tiene unidad y se una de manera natural tanto con el párrafo anterior como con el posterior. Un párrafo normalmente contiene un solo tema o aspecto—debe tener una idea central y debe desarrollarla. Es conveniente iniciar el párrafo con el resumen de su contenido, y luego proceder, paso a paso, con su explicación. Dos párrafos pueden tratar temas diferentes pero deben estar ligados por esa misma diferencia—puedes tener dos párrafos que se ocupen con causas y efectos, por ejemplo; o los pros y contras de un argumento; o el antes y después.
Aprendizaje del ensayo
Seguro ya has aprendido bastante no sólo sobre tu ensayo, sino sobre las periferias en torno a tu proceso de investigación y de reflexión. Al escribir el ensayo, habrás ya consolidado estos conocimientos. Una vez que tu profesor te devuelva tu trabajo, puedes usar sus comentarios y aprender de ellos. Podría sugerirte nuevas ideas, ejemplos frescos, opiniones diferentes. Todo lo que te diga valdrá la pena porque tendrás aún frescos tus argumentos. Ahora bien, puede haber errores de otro tipo, correcciones de hechos, por ejemplo. También los habrá de tu manera de escribir e incluso de ortografía. Te sugerirán cómo expresarte de manera más clara, o bien, te harán ver asuntos de detalle en cuanto a la estructura de tu ensayo. Todo estúdialo muy bien.
El comentario general que recibas evaluará tu ensayo como un todo. Quizá esto incluya alguna justificación de la nota que recibiste. Tu profesor te dará comentarios para que te sean lo más útil posible. Puede que incluso haga referencia a trabajos tuyos anteriores y te dé luces de cómo resolver ciertas cuestiones después. Se trata de valiosas oportunidades de aprendizaje que ya tienes en el hecho mismo de haber invertido tiempo en redactar tu ensayo. No desperdicies nada.
Los comentarios de tu profesor pueden venir escritos sobre tu ensayo—que es de hecho muy buen pretexto para que dejes buen espaciado y márgenes amplios. También se recomienda que sólo uses una cara de la hoja. Puede que en una asesoría tengas oportunidad de discutir ampliamente con tu profesor. Ahí puedes clarificar y desarrollar a detalle el significado de los comentarios que te hizo.
La última fuente que puedes utilizar, y por lo general es la más subestimada, son precisamente tus compañeros de clase una vez que hayas presentado tu ensayo. ¿por qué no intercambiar ensayos? Chicos que lo han hecho han podido ver que sí es, de hecho, muy útil. La gran mayoría de nosotros nos hemos sentido decepcionados después de haber invertido muchas horas en una tarea ¡para que nadie la lea y para no tener retroalimentación de nadie! En la educación superior, el proceso de aprendizaje se da sólo si echas mano de todos los recursos a tu alrededor. De hecho, para repasar todo el curso y tomando en cuenta que podrán hacerte cualquier pregunta, hayas o no escrito un ensayo sobre ellas, resulta sumamente útil hacerlo en grupo e intercambiar ensayos.
Para este momento, ya debes tener claro que escribir un ensayo (o preparar la respuesta a una pregunta de discusión) es una parte vital de tu aprendizaje y depende de ti el maximizar su utilidad. Verás como esos conocimiento de otros, transformados, se vuelven parte de ti.