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Capítulo 4. 1880-1910

El Porfiriato, integración del mercado y expansión económica. 1880-1910

Resumen

El rompimiento de la autarquía tuvo que esperar la introducción del ferrocarril en el decenio de 1880. Lamentablemente su llegada fue tardía, principalmente por la falta de capitales y debido a la estrategia errónea de intentar unir la capital con el Golfo por una ruta muy costosa.  Tampoco ayudó la inestabilidad  y el cambio de regímenes políticos con cierta frecuencia, ni las penurias fiscales del gobierno que le impidieron por muchos años apoyar económicamente el proyecto.  Pero cuando finalmente se construyeron los ferrocarriles, en un momento, en que también se acercaron las líneas ferroviarias de los Estados Unidos a su frontera sur, la integración del mercado nacional brindó nuevas oportunidades de desarrollo. La decisión del gobierno de Juárez de apoyar mediante subsidios la construcción del primer ferrocarril abrió la puerta del apoyo público a la construcción de infraestructura, de la misma forma que ocurría en los Estados Unidos y en muchos otros países.  Ello sólo fue posible cuando el gobierno logró el pleno control de las aduanas y por tanto del flujo de impuestos federales, y gracias a cierta reducción de los gastos militares.  Así, con la integración creciente del mercado interno y la mayor paz social, la economía pudo entonces volver a crecer en forma dinámica.

Pero la acelerada construcción de la infraestructura en los años 1880 provocó una crisis fiscal en 1884-1885 que ni la venta masiva de tierras nacionales pudo impedir. Tampoco la evitó el apoyo de los recién creados bancos comerciales y en particular  la fusión de dos de ellos que resultó en el Banco Nacional de México y que tenía la función de apoyar las finanzas del gobierno. Lo que sí se logró inmediatamente fue la reducción de las tasas de interés, al comenzar a circular ordenadamente la deuda del gobierno. Pero en aquellos años, a pesar del aumento de los ingresos fiscales, los déficit crónicos restringieron el diseño de la política comercial y de continuado apoyo a la construcción de infraestructura económica.  Finalmente se consiguió un préstamo externo en 1888, después de décadas sin acceso a los mercados de capital internacionales, que alivió la precariedad de las finanzas públicas pero que no pudo desterrar completamente los problemas fiscales del gobierno.  La llegada a la Secretaría de Hacienda de José Yves Limantour en 1892 marcó un quiebre en las finanzas públicas que para 1895 comenzaron a registrar superávit.  La estabilización de las finanzas gubernamentales ayudó al desarrollo del sistema bancario y financiero y de un modesto mercado de capitales.  Finalmente, el acceso al crédito externo sostuvo la creación de infraestructura económica y la adquisición de la mayor parte de los ferrocarriles para consolidarlos en una sola empresa.

La expansión de la economía estuvo basada principalmente en el mercado interno, facilitado por la expansión de las exportaciones.  El desarrollo previo de las regiones permitió que la llegada de los ferrocarriles estimulara rápidamente la expansión económica a través de la importación de bienes intermedios y de capital. A ello contribuyó el desarrollo del sistema financiero que estuvo ligado al capital externo y cada vez más al capital nacional, así como la emisión de leyes y códigos que clarificaron los derechos de propiedad y el marco regulatorio. No tardaron en establecerse grandes empresas, y en que una variedad mayor de productos comenzara a producirse.  En las ramas tradicionales se volvió a registrar una concentración industrial que aprovechaba economías de escala.  En otras ramas se introdujo nueva tecnología que requería de una escala de producción mucho mayor para hacerla rentable. Naturalmente, la forma de producción artesanal fue desplazada gradualmente por la mecanización y la introducción de tecnologías más avanzadas. Al mismo tiempo, algunas ramas industriales experimentaron un fuerte proceso de sustitución de importaciones, especialmente en los años 1890, que en ocasiones llegó hasta sus insumos.  A ello contribuyó la política proteccionista y la depreciación del peso plata frente al oro.  Se logró la plena autosuficiencia en la producción nacional de algunos productos, eliminando casi todas las importaciones.  Sólo aquellas de productos especializados o muy finos dentro de esas ramas industriales siguieron importándose, al igual que bienes intermedios y de capital.

También los ferrocarriles fueron esenciales para la expansión de las exportaciones, especialmente las mineras, que se diversificaron notablemente. La minería de los metales preciosos, en la que el oro se volvió un poco más prominente, fue complementada por los minerales industriales, que hacía el final del siglo comenzaban a tener un mercado internacional importante. En esta tarea, como en la construcción de la red ferroviaria, intervino decididamente la inversión extranjera que provino principalmente de los Estados Unidos y de Inglaterra.  La actividad minera se concentró en el desarrollo de los antiguos y nuevos centros mineros del norte y centro del país, que además estaban cerca de los mercados de exportación hacia el norte. La producción de henequén, prácticamente toda de exportación, también fue considerable y muy dinámica. A esas exportaciones le siguieron las de café, guayule y otros productos menos tradicionales.

A pesar de la evolución positiva del sistema financiero, la falta de un marco institucional adecuado y la poca disponibilidad de información de las empresas restringió la función bancaria. Sólo tenían acceso a crédito aquellas empresas relacionadas con los bancos, ya fuera a través de vínculos económicos o políticos, lo que les permitió crecer más que sus posibles competidores. Para obtener financiamiento, éstos tenían que seguir recurriendo a contactos personales o familiares. Pero aún así, el desarrollo bancario ayudó a la expansión económica mediante la creciente monetización de la economía, que había sufrido tradicionalmente de la falta de medios de pago.  Para principios del siglo XX, una amplia parte del país funcionaba ya dentro de la economía de mercado, aunque todavía la economía de subsistencia permanecía en las zonas más aisladas.

Sin embargo, la “modernización” tuvo sus costos inmediatos.  Por un lado, la introducción de los ferrocarriles y de la agricultura comercial aumentó los incentivos para usurpar tierras de las comunidades indígenas y forzar el cumplimiento a la letra de las leyes de reforma.  Ello sólo ocurrió con fuerte resistencia de las comunidades campesinas, mientras que algunas otras comunidades encontraron maneras diversas de enfrentar las reformas, como el condueñazgo. Con el tiempo, el mismo Porfirio Díaz se percató del daño a las comunidades y modificó la Constitución en 1900 para permitir que los pueblos tuvieran tierra en propiedad.  Por otro lado, la creciente intolerancia del caudillo a la oposición (quizás por su fatiga y avanzada edad), y la inconformidad política por su largo período en el poder, dio lugar a represiones violentas en las minas de Cananea y en las fábricas del Río Banco. La pérdida de cosechas y la subsiguiente carestía empeoró las condiciones de vida de la población hacia el final del decenio de 1910.  La incapacidad de prever una sucesión adecuada, y la lucha entre las élites en diversas partes del país, y desde luego al interior de la élite máxima del gobierno, facilitó que el descontento acumulado por años irrumpiera en el movimiento armado.

Preguntas de discusión

  • Evalúe qué factores económicos fueron los impulsores del crecimiento económico durante el Porfiriato y qué otros lo inhibieron.
  • Señale si es cierta o falsa la siguiente afirmación: “La política económica de Porfirio Díaz se enfocó esencialmente a estabilizar los precios a costa del desarrollo económico”.
  • ¿Qué tan importante fue el comercio exterior para el desarrollo económico de México durante el Porfiriato?
  • ¿Cuál fue el impacto de los ferrocarriles sobre la economía de México durante el Porfiriato?
  • Discuta si hubo un fortalecimiento de los derechos de propiedad durante el Porfiriato.
  • “Orden y Progreso”. Esa es la razón del buen desempeño económico durante el Porfiriato. Evalúe sus costos y beneficios?
  • Evalúe la afirmación siguiente: “Se dice que Porfirio Díaz era liberal, pero se comportó como un conservador al privilegiar a grupos de élite tradicionales y extranjeros en su mandato”.
  • “El éxito económico durante el porfiriato fue más una consecuencia de la estabilidad política que de políticas económicas de la época.” Verdadero o falso. Comente.

Lecturas adicionales

Kuntz Ficker, Sandra (2010)  “De las reformas liberales a la Gran Depresión, 1856-1929” en Historia Económica General de México  Sandra Kuntz (Coordinadora), El Colegio de México, Secretaría de Economía, 2010, pp. 305-352.

Garner, Paul (2010) “El Porfiriato como Estado-nación moderno: ¿Paradigma o espejismo? en Pani, Erika (coord.) Nación, Constitución y Reforma, 1821-1908  México, CIDE, Conaculta, INEHRM, Fundación Cultural de la Ciudad de México, pp. 276-304.

Bortz, Jeffrey y Stephen H. Haber (eds.) (2002) The Mexican Economy, 1870-1930. Essays on the Economic History of Institutions, Revolutions and Growth, Stanford University Press, Stanford.

Kuntz Ficker, Sandra (2007) El comercio exterior de México en la era del capitalismo liberal, 1870-1929  México, El Colegio de México, pp.265-317.

Coatsworth, John (1990)  Los orígenes del atraso. Nueve ensayos de historia económica de México en los siglos XVIII y XIX  México, Editorial Alianza, pp. 

Riguzzi, Paolo (2004) Los caminos del atraso: tecnología, instituciones e inversión en los ferrocarriles mexicanos, 1850-1900” en Cárdenas, Enrique  Historia Económica de México  Volumen 2, Lecturas de El Trimestre Económico, FCE, segunda edición, pp. 494-550.

Kuntz Ficker, Sandra (1999) Los ferrocarriles y la formación del espacio económico en México” en Kuntz, S. y Connolly, P. (eds.) Ferrocarriles y obras públicas México, El Colegio de México, 105-137.

Marichal, Carlos (1997) “Obstacles to the Development of Capital Markets in Nineteenth Century Mexico” en Haber, S. How Latin America Fell Behind. Essays on the Economic History of Brazil and Mexico, 1800-1914  Stanford University Press, pp.118-145.

Carmagnani, Marcello (1994) Estado y mercado. La economía pública del liberalismo mexicano, 1850-1911, Fondo de Cultura Económica, México.

Cerutti, Mario (2 000), Propietarios, empresarios y empresas en el norte de México, Siglo XXI, México.

López Alonso, Moramay (2012), Measuring Up. A History of Living Standards in Mexico, 1850-1950, Stanford University Press.